Está difícil -pensaba-, mientras hacía fuerza para evacuar. Dos, tres, cuatro horas en el mismo baño, mirando la misma pared y con la misma vacinica en las manos.
-Si no evacúa por abajo, tendrá que ser por arriba-, dije. Y así fue.
Ciento veinte minutos después estaba en una clínica privada, acostado en una camilla y con el suero a la vena.
Me preguntaron que qué sentía, que qué había comido, que qué había tomado y muchos qués más.
De ahí a un examen. Me pusieron yodo ("¿yodo?" pregunté. Tenía miedo) a la vena y se empezaron a calentar todos los conductos por los que pasan los alimentos: mi laringe, mi faringe, mi estómago, mis intestinos (grueso y delgado) y mi vegija. Imaginaba que en los escáners después saldrían esas partes en rojo, porque el calor era intenso.
-Si no evacúa por abajo, tendrá que ser por arriba-, dije. Y así fue.
Ciento veinte minutos después estaba en una clínica privada, acostado en una camilla y con el suero a la vena.
Me preguntaron que qué sentía, que qué había comido, que qué había tomado y muchos qués más.
De ahí a un examen. Me pusieron yodo ("¿yodo?" pregunté. Tenía miedo) a la vena y se empezaron a calentar todos los conductos por los que pasan los alimentos: mi laringe, mi faringe, mi estómago, mis intestinos (grueso y delgado) y mi vegija. Imaginaba que en los escáners después saldrían esas partes en rojo, porque el calor era intenso.
El dolor seguía en el bajo vientre, al lado del apéndice. Y de hecho, creyeron que era apendicitis.
"Por suerte no era", dijo la doctora luego de que yo dormí tres horas por los calmantes que me pusieron. "Tómese esto, esto y esto", dijo a continuación y me recordó, con ahínco, que debía ir a cancelar los servicios.
Esta es una equivalencia: una tarde es igual a 6 horas que son iguales a apróximadamente 500 mil pesos (ouch) que son iguales a una consulta, calmantes para el dolor, suero, examen radiográfico superior completo y diagnóstico.
Pero qué importa, ahora estoy bien. Sano, con dieta pero puedo moverme y seguir con mi vida.
La salud es lo primero dicen. El dinero también, se sabe.
Es absolutamente injusto que aquel que tenga más dinero -ya sea por suerte, pituto, trabajo o herencia- tenga mejor salud.
ResponderEliminarTodos somos seres humanos, todos debiésemos tener acceso a ella.
yo me quemé una pierna el otro día...
Sólo la consulta y un par de parchesitos -que más encima me pusieron mal- me salieron más de 50 mil pesos.
me quemé en 2 segundos, esperé 2 horas para que me atendieran, se demoraron 15 minutos en atenderme, estuve semanas en control y curaciones, tendré una mancha de por vida y desembolsé más de 100 mil pesos.
Todo comenzó por una sopa de fideos.