domingo, 5 de septiembre de 2010

Mañana

Gusta de despertar alrededor de las 13:00 horas, cuando toda la familia ya está levantada. Abre los ojos, los cierra de nuevo y gusta de escuchar los pasos fuertes que hacen sonar las tablas sueltas del segundo piso, mientras imagina que su pieza es su búnker. Un espacio en donde está escondido y que nadie sabe que está ahí. Piensa eso, piensa también que podría haberse levantado más temprano. Piensa eso y gira el cuerpo y se tapa con las frazadas. Duerme un par de horas más.

A veces, gusta de despertar temprano, como a las nueve. A esa hora la luz del sol se siente más clara y él aprovecha para creer que está solo, porque aún todos duermen. El silencio de ese momento es lo que más le gusta. Disfruta de que nadie le converse, de no escuchar ningún ruido más allá del que provoca su respiración y piensa. Piensa en que va a aprovechar el día y se siente orgulloso de no ser un flojo de mierda. Piensa eso y piensa también en que podría haber dormido un par de horas más.

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